Caso clínico: Paciente con dolor lumbar intenso crónico arroja resultado de #Sarcoma




Caso clínico: paciente de 40 años con dolor crónico de más de 3 meses en la zona lumbar se desvanece en su domicilio tras jornada intensa de trabajo presentando incremento de presión cardíaca, y palpitaciones aceleradas. Al llegar a TRIAGE, no puede sostenerse y se desploma debido al dolor intenso

El sarcoma es un tipo de cáncer que se origina en los tejidos conectivos del cuerpo, como los huesos, los músculos, los tendones, la grasa, los vasos sanguíneos y los nervios. Estos tumores malignos pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque son más comunes en las extremidades, el abdomen y el pecho. A diferencia de los carcinomas, que son más comunes y se originan en las células epiteliales (como las de la piel o los órganos internos), los sarcomas se desarrollan en los tejidos más profundos y a menudo son más difíciles de detectar en las primeras etapas.

Existen dos tipos principales de sarcoma: los sarcomas óseos, que afectan los huesos, y los sarcomas de tejido blando, que afectan los demás tejidos conectivos. Los sarcomas óseos más comunes incluyen el osteosarcoma y el sarcoma de Ewing, que tienden a presentarse en niños y adolescentes. Por otro lado, los sarcomas de tejidos blandos, como el liposarcoma (que afecta la grasa) o el leiomiosarcoma (que afecta los músculos), pueden aparecer en personas de todas las edades. Dado que estos tumores son menos comunes que otros tipos de cáncer, representan un reto diagnóstico y terapéutico.

El tratamiento para el sarcoma depende de varios factores, como el tipo específico de sarcoma, su localización, su tamaño y si se ha propagado a otras partes del cuerpo. Las opciones más comunes incluyen cirugía para extirpar el tumor, radioterapia y quimioterapia. En los últimos años, las terapias dirigidas e inmunoterapias también han mostrado promesa para tratar ciertos tipos de sarcoma. Sin embargo, el pronóstico varía considerablemente según el tipo y la etapa del sarcoma al momento del diagnóstico

Caso clínico: paciente de 40 años con dolor crónico de más de 3 meses en la zona lumbar se desvanece en su domicilio tras jornada intensa de trabajo presentando incremento de presión cardíaca, y palpitaciones aceleradas. Al llegar a TRIAGE, no puede sostenerse y se desploma debido al dolor intenso. 

Se identifica la presencia de sarcoma, en la columna vertebral, revelado a través de resonancia magnética y biopsia, requiere un enfoque de tratamiento integral y multidisciplinario. La evolución y las recomendaciones dependen del tipo de sarcoma, el tamaño del tumor, su ubicación exacta, si ha invadido estructuras cercanas, y si hay metástasis.

Evolución:

1. Dolor persistente: El dolor lumbar puede aumentar debido al crecimiento del tumor y su compresión sobre estructuras nerviosas.

2. Debilidad o parálisis: Dependiendo de la ubicación del sarcoma, podría comprimir la médula espinal o los nervios, resultando en debilidad, hormigueo o incluso parálisis en las extremidades inferiores.

3. Disfunción neurológica: La presión sobre los nervios puede causar problemas de control de la vejiga o los intestinos.

4. Metástasis: Algunos sarcomas, como el sarcoma de Ewing o el osteosarcoma, tienen un potencial significativo para metastatizar a otros órganos, como los pulmones.

5. Fracturas patológicas: Si el sarcoma afecta los huesos vertebrales, podría debilitar la columna y provocar fracturas espontáneas o tras un trauma leve.

Recomendaciones:

1. Evaluación especializada: Referir al paciente a un oncólogo especializado en sarcomas para determinar el subtipo del sarcoma y diseñar un plan de tratamiento.

2. Biopsia: Confirmar el diagnóstico con una biopsia del tumor para identificar el tipo exacto de sarcoma.

3. Tratamiento multimodal:

Cirugía: En muchos casos, la extirpación quirúrgica del tumor es necesaria si es posible. Si no se puede resecar por completo, se puede planear una cirugía para aliviar la compresión espinal.

Radioterapia: Puede ser útil para reducir el tamaño del tumor o como tratamiento adyuvante tras la cirugía para eliminar células residuales.

Quimioterapia: Dependiendo del tipo de sarcoma, puede ser parte del tratamiento, especialmente si el sarcoma es agresivo o metastásico.

4. Control del dolor: Un plan de manejo del dolor será crucial. Esto puede incluir medicamentos analgésicos, bloqueos nerviosos o incluso cirugía para estabilizar la columna.

5. Rehabilitación: El paciente puede beneficiarse de fisioterapia o rehabilitación neurológica para maximizar la función y la movilidad, dependiendo del grado de afectación.

6. Seguimiento cercano: Monitoreo periódico con resonancias magnéticas para evaluar la respuesta al tratamiento y detectar cualquier recaída o progresión del tumor.

Se requiere un manejo intensivo y coordinado entre oncología, neurocirugía y cuidados paliativos.

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